Hace unos 15 o 20 años, era habitual que las bombas de inyección de combustible procesaran combustible en un sistema a una presión de entre 10 000 y 15 000 psi. Hoy en día, esas bombas de inyección de combustible diésel funcionan en el rango de entre 30 000 y 40 000 psi, por lo que es imprescindible comprar piezas de alta calidad.